BLADE RUNNER: ciencia ficción, replicantes y réplicas
- Max Santaella
- 6 oct 2017
- 5 Min. de lectura
"He visto cosas que ustedes las personas no creerían…
todos esos momentos se perderán en el tiempo,
como lágrimas en la lluvia."
-Roy Batty, el replicante
La ciencia ficción. Esa frontera creativa que divide lo que hemos sido y lo que somos de aquello que podríamos ser –o pudimos haber sido– y en lo que de cierta forma nos encaminamos irreparablemente a ser. Según varias fuentes, la base de la ciencia ficción recae en el futurismo: la especulación de logros científicos o técnicos que podrían lograrse en el futuro y su supuesto impacto en la sociedad.
Para este autor, sin embargo, el sci-fi va más allá: es una manera de analizar aspectos profundos de la razón humana, deformarlos, explotarlos, expandirlos y experimentar con su naturaleza. Es ese género cultural que permite poner en un tablero de juego al ser en interacción con todas las piezas de posibilidad, de probabilidad y de lo propicio que ataña a la imaginación.

Blade Runner, 1982
Es un medio por el cual podemos hablar de lo inexistente –aunque probable– y de aquello existente, pero que todavía no nos afecta de manera importante –o que decidimos ignorar–; de lo censurado y de lo políticamente incorrecto. La ciencia ficción nos ofrece la oportunidad de denunciarlo, exponerlo y llevarlo a su máxima expresión para demostrar su beneficio o perjuicio, llegando la mayoría de las veces a una visión distópica, incluso de manera lúdica y paródica (como en una de mis películas favoritas de este tipo El quinto elemento).
A lo largo de la historia, los escritores que con los años se volverían los primeros autores de sci-fi han sido vistos como personajes visionarios, casi proféticos, de un perpetuo futuro incierto. Y es que en sus respectivas épocas siempre existieron como trasfondo una serie de coyunturas sociales e históricas que en su momento pusieron en jaque la visión y percepción del ser humano hacia sí mismo con respecto a su tiempo-espacio.

2001: Odisea del espacio, 1968
Gente que, preocupada y curiosa por su porvenir y el de la sociedad entera, echó a volar su imaginación y, con ciertas bases científicas –tampoco es que necesitaran ser tan técnicos o cyber para cumplir con esta parte–, proyectaron el mundo bajo su mirada crítica, fantástica y confrontativa.
La ciencia ficción no es sólo un medio para especular avances científicos sino también para “vacunarnos” contra ellos. Es un simulacro que protege la esencia de la humanidad y la defiende de lo que la aleja de sus orígenes o amenaza su seguridad o sus principios culturales.

Star Wars, Episodio V: el imperio contraataca, 1980
Algo similar sucede con el género de terror: explora los límites de la tolerancia al peligro y lo sobrenatural y “vacuna” al público contra esos peligros y que de cierta manera la mente, el cuerpo e incluso el alma sepan cómo afrontar una adversidad sea incluso ética o moral. Tras esta “vacuna”, el ser cultural surge enaltecido, enriquecido, más preparado para sobrevivir, interactuar y adaptarse a su entorno evolutivo –o involutivo– con su humanidad intacta.

El exorcista, 1973
Ahora que hemos aclarado el concepto del género de ciencia ficción, vamos con Blade Runner 2049, ¡y cielos!, ¿por dónde empezar? Supongo que hace falta revisar varias preguntas al respecto, empezando por el qué tema aborda Blade Runner y qué representó en su tiempo. Hacer hincapié en todo lo que contribuyó a la cultura pop y a la ya mencionada sci-fi.
El final del siglo XX (e inicios del XXI) había traído consigo una paranoica aberración hacia el nuevo siglo conocido como el “efecto 2000” –ya saben, esa incomodidad hacia lo que vendrá después– y esto, creo, se vio reflejado en las películas de ciencia ficción de la época, las cuales tenían tramas que exponían un temor por parte del personaje principal, quien descubre súbitamente que su vida ha sido una mentira o siempre ha tenido algo oculto y por lo tanto debe enfrentar la realidad de lo que vendrá, olvidar lo que alguna vez fue y redefinir su rol en la sociedad, dígase ejemplos de entrada Terminator, Robocop, El vengador del futuro y Matrix.

The Matrix Reloaded, 2003
En Blade Runner no se omite este catalizador argumental: Rick Deckard debe cazar un grupo de androides conocidos como replicantes, sin embargo, en el camino deberá juzgarse a sí mismo y darse cuenta de que su vida es poco más que mecánica, artificial y desahuciada, tal y como la de los replicantes que persigue con tanta desesperación.
Al final decide que su papel no está en decidir quién es y quién no es humano y con ello se devuelve a sí mismo un poco de humanidad (aunque si entendieron la escena del unicornio de origami sabrán que esto da pie a un mensaje más profundo y bello). De manera brillante, la película habla sobre qué es lo humano y qué lo artificial, y si será posible que una máquina puede ser más humana que un humano.
Aunque Blade Runner 2049 no cargue tal vez con esa trama subyacente sí podemos estar seguros que la cinta tratará de la inteligencia artificial y de cómo una vez más el ser humano intenta, por temor a su propia creación, controlar una situación que obviamente se le ha salido de las manos. Sustentado por supuesto en un escenario distópico –probablemente aun más arruinado que el anterior–, el elemento de un personaje que conecta el pasado con el presente (Harrison Ford) y la sangre nueva haciendo el mismo trabajo (Ryan Gossling) probablemente se volverá a jugar con este acertijo moral.

Blade Runner 2049, 2017
Antes de Blade Runner, el joven subgénero cyberpunk estaba en pañales en la cinematografía pues su único parámetro era Metrópolis de Fritz Lang; después de Blade Runner el subgénero cyberpunk de repente tenía un nuevo color, una paleta de tonalidades con un estilo neón ochentero rodeado de un aura completamente novedosa: la música electrónica del sintetizador Yamaha de Vangelis.
El ambient se volvió icónico auditivamente. Fue la primera película cyberpunk que en serio mostraba íntegramente los principios de este subgénero, realmente te introducía al sistema: clima sucio y contaminado, sociedad decadente, atmósfera pesada, sobrecargada y “apretada”, sobrecogimiento del individuo por parte de la megalópolis, contraste entre lo natural y lo artificial muy tenue…
Esta película ha sido la madrina de toda la estética que siguieron muchas películas siguientes y en la cultura pop, sólo hay que hacer recapitulación de lo que ha inspirado: desde videos musicales como Freeek de George Michael, pasando por escenarios como la ciudad planetaria de Coruscant en el universo de Star Wars (escenario de Doug Chiang retomando la visión de Ridley Scott sobre una metrópoli caótica) hasta varias producciones homónimas como toda la saga de Ghost in the Shell.
Finalmente haría falta dar recomendaciones para estar preparados para esta nueva entrega. Y qué mejor forma de estar listo que ver los tres cortos intermedios que ocurren en los años clave 2022, 2036 y 2048, justo un año antes de la trama de la secuela.
Te dejamos, querido lector, los links para que puedas ver estas maravillas y que puedas entender mejor Blade Runner 2049*.
Para ver los cortos (que ya están en una lista de reproducción) presiona AQUÍ.
* Confiamos en que ya hayas visto por lo menos una vez Blade Runner (1982). Y que si no, al menos tengas la decencia de verla antes de ir a ver la que recién se estrena.
Comments