¿UN POCO DE CAFEÍNA?
- revistaentretiempo
- 5 dic 2013
- 3 Min. de lectura
El café tiene un sabor amargo, pero resulta estimulante gracias a la cafeína, sustancia que activa los niveles de alerta y es un placer matutino en muchos casos.
Descubierta en 1819 por el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge, quien acuñó el término Kaffein, para referirse al compuesto químico del café que se adaptaría al español como cafeína; es un alcaloide del grupo de las xantinas, con un sabor amargo y con función estimulante para quien lo consume.
Produce un efecto temporal de restauración del nivel de alerta y ayuda a superar la somnolencia. Es la sustancia psicoactiva más ampliamente consumida en el mundo.
Además de sus propiedades estimulantes, tiene una función diurética, por lo que se recomienda moderar su consumo o mantener cercanía con baños públicos. Es por este motivo que un consumo exagerado de café puede contribuir a la deshidratación.

Origen del café
Cuenta una leyenda etíope que el descubrimiento del café fue meramente casual. Un día, un criador de cabras, llamado Kaldi, estaba cuidando a sus animales en las laderas de Kaffa, en Abisinia. cuando observó que algunas se encontraban exaltadas luego de comer de un arbusto con bayas rojas (la planta del café).
Decidió aventurarse y comer algunas bayas y se percató que pese al sabor amargo, él también se revitalizó (aunque esa noche le costó trabajo dormir). Al día siguiente, fue con el sacerdote de su pueblo quien, al escuchar la historia y probar el fruto, pensó que una infusión caliente podría reducir el sabor amargo. Así nació la primera y un poco rudimentaria, taza de café.
Fue gracias al médico alemán Léonard Rauwolf que en 1583 viajó a Etiopía descubrió el consumo de esta peculiar bebida y ayudó popularizarlo en Europa.

En cuanto a su funcionamiento en el cuerpo humano, una vez bebida la taza, pasan alrededor de 45 minutos para que el estómago y el intestino delgado absorban la cafeína, en un adulto sano, su eliminación requiere de 5 a 9 horas. Mientras que en recién nacidos y niños pequeños, su eliminación puede tardar hasta 30 horas; este es el motivo por el que no se recomienda el consumo de café hasta los 14 años de edad (y en proporciones muy moderadas).
La cafeína es metabolizada en el hígado para la creación de tres componentes:
Paraxantina (incrementa el nivel de glicerol y ácidos grasos en el plasma sanguíneo)
Teobromina (Dilata los vasos sanguíneos e incrementa el volumen de orina)
Teofilina (relajante de bronquios).
La cafeína es una molécula muy parecida a la adenosina, una sustancia que se encuentra en el cerebro y que nos protege reduciendo su actividad nerviosa cuando nos sentimos cansados. Al tener una estructura parecida, la cafeína se insertar en los receptores de adenosina bloqueando así su entrada y dejándonos sin su protección.
El resultado: la actividad nerviosa se incrementa y nos mantiene alerta y estimulados. No obstante, una privación prolongada de la adenosina puede tener efectos muy negativos en el cerebro.Un consumo exagerado de café puede generar una intoxicación los síntomas principales son:
Insomnio
Nerviosismo
Cara rojiza
Problemas estomacales
Arritmia cardíaca
Pánico y ansiedad
Y múltiples visitas al sanitario
¿Cómo saber cuando parar con las tazas de café?
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) indica que una dosis de 75 a 300 miligramos de cafeína al día pueden ayudar al rendimiento físico y mental (el equivalente entre media y tres tazas de café americano) esto para adultos, pues los adolecentes no deberían superar los 100 miligramos (no más de una taza al día).
Para evitar problemas de salud, es fundamental el consumo moderado pues cualquier cosa en exceso (incluso el agua) puede ser dañina para la salud.
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